Eran las 3 de la mañana, pero el insomnio una noche más le hacía perder el sueño… llevaba casi tres días sin pegar ojo y su salud iba empeorando por la situación que estaba viviendo. En esa casa ocurrían cosas raras y ella lo sabía. Asustada asomó la cabeza por la puerta de su cuarto y miró el pasillo. Estaba oscuro y todo estaba en silencio. Entonces descubrió que había algo fuera de lo normal, algo que le sorprendía y le dejaba paralizada…
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